La forma más sencilla de determinar las condiciones adecuadas consiste en aplicar la “regla 20 delta”:
- La temperatura del baño calefactor debería ser 20 grados más alta que el punto de ebullición del disolvente que se evaporará con el vacío elegido
- La temperatura de refrigeración debería ser como mínimo 20 grados más baja que la temperatura de ebullición del disolvente
En muchas aplicaciones se recomienda una temperatura del baño de 50 °C. Ejemplo:
- Temperatura del baño calefactor 50 °C
- Temperatura de ebullición 30 °C (ajustando el vacío)
- Temperatura de refrigeración < 10 °C
El calentamiento del baño a un máximo de 50 °C presenta muchas ventajas:
- No hay riesgo de quemarse al manipular el matraz de evaporación
- Menor evaporación del líquido calefactor (por ejemplo, agua)
- Mayor eficiencia energética que con otras temperaturas de baño calefactor